viernes, 31 de julio de 2009

Niños bielorrusos en La Viña

Algo más de una semana llevan en Cádiz los 21 niños y niñas bielorrusos dentro del Programa de Acogida y Saneamiento Temporal que desde el año 2001 desarrolla la Hermandad gaditana de la Vera Cruz. Este año las familias gaditanas de acogida han debido realizar alguna que otra gestión para facilitar la llegada, ya que las condiciones impuestas por el Gobierno de Bielorrusia provocó un retraso de varias semanas sobre la fecha inicialmente acordada, similar a la de años anteriores.

Una vez en Cádiz, ya con sus impacientes familias de acogida, los niños están participando en diferentes actividades y excursiones. Concretamente, el pasado martes 28, un grupo de hermanos relacionados con la Cofradía de Afligidos, ofreció una cena a estos niños junto a sus familias de acogida, en el patio del Colegio La Salle Viña, cedido para esta ocasión.

La organización tenía de todo: un lujo de cocinero profesional -Quiñones- y unas veinticinco personas dispuestas a todo. Como por ejemplo, vestir o forrar las mesas con papel, haciéndolas parecer vistosas. Allí se coció el marisco, se elaboró un riquísimo arroz caldoso, se preparon decenas de bandejas con entremeses variados, como embutidos, o sandwiches, y se colocaron vasos, cubiertos, y se enfrió la bebida, etc. En poco tiempo se puso en marcha una asombrosa cadena de trabajo para emplatar los alimentos. La hora de comienzo del catering altruista: las 21.30 horas. Media hora antes todo estaba listo, por lo que aproveché para beber una cerveza fresquita con que mitigar la sed y darme valor ante lo que se nos venía encima, una cena para casi sesenta personas.

Nosotros decidimos llevar -hechas desde casa- una ensalada de arroz (fría) y unas papas aliñás, presentando ambas elaboraciones a modo de maritatas, es decir, en pequeñas dosis. El uniforme era también una condición importante: pantalón y camisa o camiseta negra. Yo carecía de esto último, porque el negro no me va demasiado bien a la cara, pero las rebajas de Hipercor me aportaron una camiseta tipo polo por 7,95 euros.

Ingredientes para la ensalada de arroz: 1,5 kg de arroz SOS, 350 cl de aceite, 250 g de pimientos verdes de freir, ocho huevos, tres latas de aceitunas rellenas de anchoa La Española de 350 g cada una, sal, algo de vinagre y medio manojo de cebolletas. Aquí tenéis la elaboración, aunque éstas son las proporciones para esta ocasión.

Ingredientes para las papas aliñás: 6 kg. de patatas, dos manojos de perejil, medio manojo (algo más) de cebolletas, sal, vinagre de jerez y tres cuartos de litro de aceite de oliva virgen extra.

Los invitados entraron en masa a las 21.30 en el patio, con lo que rápidamente nos pusimos en marcha con las bebidas. Mi marido y yo estuvimos pasando las bandejas, cuyos contenidos desaparecían con gran rapidez. Es curioso, cómo los niños rusos adoran las patatas, aunque no tanto el arroz.

Tras la foto de familia, se entregó a los niños bielorrusos y al resto de pequeños acompañantes, camisetas, gorras y globos de Cajasol. El detalle les encantó. A eso de las doce y media, el patio se despejó, empezamos a recoger y limpiar rápidamente y ya el personal del catering se dispuso a cenar. Poder sentarnos a comer fue un placer aunque a hora tan tardía. Creo que la prueba fue superada por estos camareros -algunos principiantes como nosotros-.

Las cosas salen bien si se ponen empeño, por parte de este grupo de buenas personas. Y los niños bielorrusos podrán vivir dos años más por cada mes lejos de su país. Ésta es la proporción de su supervivencia con un ambiente contaminado por la radiactividad producto del accidente ocurrido en 1986 por la central nuclear de Chernóbil (Ucrania). Lejos de allí, en la Viña, aquella noche solo olía a papas aliñás, bocatitas y alegría sin contaminar.

jueves, 30 de julio de 2009

Tocino de Cielo de Lourdes

El tocino de cielo es un dulce exquisito. Pero hasta ahora las recetas que había probado llevaban demasiadas yemas de huevo. Ésta es más ligera, pero no por eso menos sabrosa. Lourdes la elaboró como postre para una reunión de amigos y lleva su justo punto de azúcar.

Ingredientes: 350 g de azúcar, un vaso de agua, 3 huevos enteros y 2 yemas, azúcar para caramelizar el molde, y un molde de 18 cm de diámetro.



Lo primero, caramelizamos el molde, con 4-5 cucharadas de azúcar. A continuación, hacemos el almíbar con azúcar y agua al fuego, y al hervir, contar 7 minutos, batiendo mientras tanto los huevos y las yemas.

Añadir el almíbar, muy poco a poco, sobre todo al principio, y antes colar el batido. Luego, colocar al baño maría, y al hervir, tapar con un trapo y dejar así 12 minutos. Dejar enfriar.



(Ahí van las fotos antes y después de volcarlo para consumir). Gracias Lourdes.

Bicentenario en la bahía a dos voces

Voz Oficial.- Desde el pasado 28 de julio, la Barriada de la Paz y el barrio de Puntales ya son escenario oficial de los actos del Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Dos respectivos actos de homenaje a los artilleros que lucharon por defender nuestra costa urbana vecinal, hará que los gaditanos de Puerta Tierra puedan involucrarse un poco más en la esencia de lo que significó el Doce para una ciudad como Cádiz.

La tarde comenzó con un vistoso desfile que partió del patio de la Fundación Tartessos en la calle Trille, formado por la recreación histórica de los Milicianos Nacionales, Voluntarios Distinguidos y Artilleros de Extramuros, incorporándose también los escopeteros de San Fernando. Detrás de los soldados del doce, un colorista grupo de mujeres y niños ataviados según la época.



El primer homenaje tuvo lugar en la Barriada, donde se condecoró a siete artilleros de Extramuros –con nombres y apellidos del Doce-, dando título a una plaza de la zona, que pasará a llamarse Hospital Real Segunda Aguada. Continuó el desfile hacia el barrio de Puntales, actualmente celebrando su semana cultural. Allí estaba previsto el segundo homenaje a los soldados que defendieron con su vida el histórico baluarte de San Lorenzo de El Puntal. Se hizo la correspondiente ofrenda floral en la lápida donde figuran los artilleros desaparecidos en aquel largo asedio francés. La banda de música de la base naval de Puntales interpretó algunas alegres marchas militares, continuando con la ceremonia del adiós a la bandera nacional. Terminó el acto con el desfile de Voluntarios, Milicianos, escopeteros y pueblo, por delante de autoridades civiles y militares.

Voz del pueblo.- "Soy Carmen Toscano Cavana, y el pasado 28 de julio de 1814 seguí a mi hijo Jorge, Voluntario Distinguido de Cádiz, en el desfile y actos de homenaje a los artilleros que defendieron la costa gaditana del ejército francés, en la Barriada de La Paz (Segunda Aguada) y el barrio de Puntales, en Puerta Tierra. No estoy acostumbrada a traspasar las murallas, pero una vez finalizado el asedio a la ciudad, ya se podía caminar tranquilamente por estos parajes.

Junto a milicianos nacionales, voluntarios distinguidos y artilleros de Extramuros, o también llamados Guacamayos y Lechuguinos, según los colores de sus levitas, conocí a un alegre grupo de mujeres y niños de la Isla de León. Ellas son trabajadoras de las salinas, que vienen a acompañar a sus maridos, los escopeteros, que también plantaron cara al francés desde los esteros. He visto que se sienten muy gaditanos a pesar de vivir tan lejos, en una villa que ya tiene título de ciudad, San Fernando.

Al desfilar, la gente nos miraba por las calles con asombro. El primer acto de homenaje en la plaza del Real Hospital de la Segunda Aguada fue adecuado, aunque, en los balcones, un vecino sin pudor estaba asomado sin camisa a pesar de la solemnidad del momento, mientras los condecorados recibían con orgullo las insignias de mano de la autoridad militar.
Nuevamente nos pusimos en marcha hacia el barrio de Puntales, ya no tan lejos con tanto asfalto, rotondas (dos palabras nuevas para mí) y un Mercadona (tengo que venir a conocerlo). Por el camino ya no encontré como antes a bodegueros, hortelanos o panaderos de Extramuros. En cambio, vi mucha ropa tendida en ventanas y balcones exteriores de las casas, lo que me pareció muy poco decoroso, pues afea la belleza de los edificios y muestra algo que debe pertenecer a la intimidad familiar.

A la entrada de Puntales, los amables vecinos nos ofrecieron agua en una especie de casa de postas muy limpia y llena de placas conmemorativas. Pero una vez dentro, el barrio estaba igual que una feria, esperándonos con mantones y reposteros colgando de sus balcones, en pisos costeados –me consta- con trabajo y sudor. Y ocurrió que, de aquellas ventanas y balcones asomaron cabezas femeninas con madroñeras, que, al vernos, gritaron “¡vivan las mujeres valientes! ¡a por los franceses!, y entonces bajaron a la calle y se mezclaron con soldados y pueblo y todos comenzamos a cantar “con las bombas que tiran….”. La libertad de Cádiz en un tanguillo. Alegría ante las adversidades, como el monaguillo campanero de San Francisco que daba cortes de manga cuando caía al mar la última bomba enviada por los franceses. Daba igual ser rico que pobre, Cádiz estuvo unido frente al invasor. Y nuestro Doce no necesitó más argumentos. En 1812 nos jugábamos las escrituras de propiedad del país.

Ofrenda floral a los artilleros muertos en el fuerte de Puntales, según decreto del Rey Don Fernando VII, cuando morir era un trámite más del soldado. La música del himno nacional -aún no la conocía-, suave, lento, nos recordó que ser patriota no es ser fanático ni exaltado, sino leal y servicial a nuestros principios y a nuestra historia, con buena voluntad y nobleza. El desfile de voluntarios arranca aplausos, y mi traje causa sensación. (Tengo una excelente modista, Sofía, de Cádiz).

De vuelta a Intramuros, a nuestras casas, llevo los zapatos con mezcla de tierra de la bahía, y aunque he sido crítica con mi ciudad como mi paisano Cadalso, llevo sobre todo el orgullo del Doce, que me gustaría que compartieran y sintieran todos los ciudadanos de Cádiz".



(En recuerdo de nuestro escritor Fernando Quiñones y su obra "El coro a dos voces").

Noticias gaditanas atrasadas

Me gusta contar cosas en el blog. Y a veces se me pasan las noticias porque no he podido estar allí, o porque aunque estuve no encontré el sitio adecuado desde donde contemplar el evento, con lo que dificílmente puedo describir luego las cosas con cierta fidelidad. Pero bueno, aquí van algunas cosillas que han ocurrido en Cádiz últimamente y de las que tengo poca información.

El buque escuela Juan Sebastián Elcano regresó a casa. Fue en la mañana del pasado lunes 20 de julio. Antes de dirigirse a los astilleros de La Carraca para su mantenimiento, permaneció en el muelle de Cádiz tres días, como acostumbra, para permitir las visitas a bordo del público. No pudimos estar. Éste ha sido su LXXX crucero de instrucción, con una duración de siete meses y una dotación de 190 personas. Sigo pendiente de entrevistar al cocinero.

El viernes 24, en el barrio de la Viña de Cádiz, tuvo lugar la I Chicharronada, en la calle Pericón de Cádiz, antes llamada San Bernardo. El Bar Abanico del Arte repartió gratis unos 100 kilos de chicharrones realizados al estilo de Paterna, por la empresa Sabores de Paterna, acompañados de cerveza fría y un espectáculo de Carnaval, flamenco y humor. Se trata por un lado de contribuir a animar el verano, atrayendo al público a la zona, y de dar a conocer un producto tan tradicional de nuestra provincia. Los chicharrones se prepararon ese mismo día, siendo trasladados a Cádiz para su distribución y consumo, presentados en un tradicional cucurucho de papel de estrasa.

Me han dicho buenas fuentes (mi amigo Mariano) que en el bar Abanico del Arte se come y tapea bastante bien. Este establecimiento tiene por objetivo recuperar los platos de toda la vida, como las albóndigas en salsa, gambas al ajillo, papas aliñás o pescado frito. En cuanto a los chicharrones y la empresa Sabores de Paterna que los comercializa, podéis consultar
aquí. Comer chicharrones es pecar contra la dieta, aunque eso sí, de una manera natural y sin aditivos, que también es importante.

Y tengo que contar también que el día de la chicharronada vimos -en una calle de La Viña también- a una pareja bajarse de una magnífica limousina. Este tipo de vehículo no es nada corriente, y menos en aquel barrio, la verdad. Que una tarde subimos en el ascensor de casa con un Hare Krishna. (aquí en Cádiz nunca se sabe si se trata de alguien auténtico o pertenece a alguna agrupación de carnaval) y, por último, contar que ya tengo renovado mi carnet del Cádiz CF para la próxima temporada, que promete ser muy entretenida.

Bueno, más vale tarde que nunca, el caso es contarlo....

domingo, 26 de julio de 2009

Entrevista a un viejo mantel

Viejo mantel: Es que ahora la gente ni siquiera hace “manitas” por debajo de la mesa…¡qué aburrimiento!”

Fuimos a buscarlo al cajón, y allí, debajo de todos los demás, encontramos este mantel algo madurito, pero que merece la pena entrevistar por su historia y recorrido profesional. Con él hemos hablado durante el almuerzo, largo y tendido. El vino derramado sobre él le ha hecho soltarse la lengua...

¿Cómo lleva Vd. los años? Como puedo, a mí me compraron por metros, soy made in Huelva, (¡qué buena tierra!), y unas manos primorosas cosieron mi dobladillo, hace casi 50 años. Soy de algodón 100%, aunque pertenezco a la categoría de mantel de diario. Mis cuadros verdes y blancos son de lo más sencillito. Llevo por lo tanto muchísimos lavados (he conocido todos los modelos de lavadoras), y empiezo a estar un poco pálido. Los manteles de hoy no necesitan plancha, y eso no tiene mérito. La plancha es un oficio mal pagado, poco valorado pero muy necesario para la ropa. Como verá, soy un poco marujillo, deformación profesional.

Háblenos de su trabajo. Lo cierto es que no me gusta hablar de mí; he pasado toda mi vida callado, escuchando, esperando pacientemente que mis comensales acabaran de comer, hablaran, discutieran de sus cosas encima de mi superficie, y….. me mancharan, cosa que aún siguen haciendo, con lo presumido que soy y tener que lucir lleno de lamparones. Pero los niños y algunos adultos, son igual de guarros ahora que antes. Esto no tiene arreglo.

Como todos los manteles de la historia, debo proteger la mesa donde los humanos comen. Y de paso, decorar y crear el ambiente apropiado para la actividad física más importante que realiza el hombre: alimentarse. Aún sigo dando estilo a la mesa, porque aunque viejo, tengo calidad y glamour casero, y el que tuvo retuvo.

¿Cómo ha evolucionado la vida en la mesa desde su punto de vista? Bueno, yo empecé como aprendiz con los suegros de Charo, Paco y Maruja, hoy ya desaparecidos pero que fueron ejemplos de vida de pareja, de honradez y principios (lo siento, me emociono). Nunca olvidaré aquellas manos acariciándome suavemente mientras me extendían sobre la vieja mesa cuadrada de la cocina. Ahora estoy con Charo y su marido, de Huelva como yo y no me puedo quejar. Esta bloguera es desde luego más atolondrada que mis anteriores jefes, -por algo es de Cádiz- pero también disfruta con los recuerdos que yo le traigo, y es una cocinera no tan brillante como laboriosa. Aconseja que todo el mundo coma en casa y eso me interesa mucho.

Pero volviendo a la evolución del comer…. Es cierto, perdone. ¡Qué mesas las de antes! En ellas comían no solo la pareja y los hijos, sino los cuñados y los abuelos, incluso algún vecino o pariente que estuviera pasando una mala racha y que pasaba por allí casualmente…. Recuerdo que almuerzos y cenas llevaban menos tonterías que hoy, menos variedad de platos, pero más contundentes, pues todos los alimentos eran buenos. La sopera nunca faltaba y era motivo de auténtica fiesta a su alrededor, y todos comían lo mismo. Hoy hay de todo, pero no todo es saludable, y a los niños se les consienten muchos caprichos en la mesa.

Pero mire, allí se expresaban emociones y preocupaciones, por enfermedades, o falta de trabajo. Le aseguro que conmigo todos se miraban a los ojos con sinceridad. Hoy la tele encendida mientras se come es un desastre para la convivencia y para la digestión también. Mis seis servilletas son testigos de todo lo que digo. Yo no quiero nada para mí: la vajilla y cristalería con la que trabajo son de lo más sencillo, nada de diseño, todo muy limpio eso sí. Suelo trabajar con la misma mesa, con la que hago buenas migas. ¡Y de las migas de antes mejor no hablar!
Sin duda ha vivido Vd. intensamente… Es cierto, recuerdo las maravillosas tertulias tras el almuerzo de los domingos, donde yo aguardaba pacientemente el café, los pestiños y las tortas. (También las tortas que recibía el niño que llegaba tarde a comer)…O en las fiestas de navidad, con vecinos y familiares. Nunca me importó hacer horas extras, pues yo me sabía útil a la familia. Era una época humanizada en el comer, en donde cabían todas las generaciones: ancianos y niños. La televisión ha acabado con todo eso… es que ahora la gente ni siquiera hace “manitas” por debajo de la mesa…qué aburrimiento. A mí me gustaban incluso las broncas familiares, porque eran auténticas, y en ellas se desahogaba la gente, y al día siguiente como si nada. ¡qué arte!

Comer es compartir lo que hay, poco o mucho, pero siendo consciente de lo que se hace. Es estar juntos, apreciarse y valorarse, mirando hacia el futuro. ¡Menuda sentencia me ha salido!, y sin ningún curso de formación; es que la antigüedad es un grado…

¿Y cual es su futuro inmediato? Pues seguir trabajando, si bien cada vez llevo peor el tiempo que paso doblado en los cajones, por la artrosis que padezco; también tengo gastritis crónica de tantos años viendo comer. Me resisto a ser jubilado, pues aún tengo mucho que dar y ni siquiera estoy deformado, mi talla sigue siendo la misma. Pero me rodean carcas ideológicos, gente muy materialista. Yo solo pido un poco de educación en la mesa.

También me gustaría impulsar un museo del mantel, que mostraría nuestra historia a través de los años, tanto mantelerías de lujo como humildes. A mis años, tengo muy buenas amistades con manteles de superior rango social, que me hacen muchas confidencias. Ellos han escuchado de todo en largas comidas de negocios. Tengo muchas ideas en la cabeza. Los viejos manteles nunca mueren.

Renovación de nuestros mercados

Está previsto que a finales del próximo mes de agosto puedan trasladarse los comerciantes del Mercado Central de Abastos de Cádiz a su ubicación primitiva. Llevan ya un par de años instalados en una digna carpa, debido a las obras de rehabilitación del antiguo mercado. El pasado fin de semana tomé estas fotos, en las que puede verse lo avanzado de la ejecución. Una de las novedades que traerá esta renovación es que –según el Ayuntamiento- se dará un plazo a los minoristas para que dejen de utilizar bolsas de plástico y se pasen al papel; una medida de lo más positiva, y ejemplar para el resto del colectivo de comercios. Esta noticia va dedicada a una lectora gaditana del blog, que reside en Madrid y que tenía curiosidad por saber cuando estaría listo el mercado.

También en Huelva se ha fijado para el 8 de septiembre (día de la Patrona) la inauguración oficial de su nuevo y moderno edificio de mercado abastos, situado en el barrio de Pescaderías, zona de imparable expansión para la ciudad onubense. De ese modo, desaparecerá el viejo edificio del mercado del Carmen, ya pequeño y obsoleto, aunque con mucha historia, que va a trasladarse en breve a su nueva ubicación.

La apertura del nuevo mercado de Huelva ha sufrido un considerable retraso, pues una vez finalizadas, ha habido que realizar algunas reformas correctoras imprevistas. Procuraremos traer algunas imágenes e impresiones del nuevo espacio comercial para la ciudad de Huelva, así como contar algo sobre las dinastías de minoristas que han trabajado en el antiguo mercado durante generaciones.

viernes, 24 de julio de 2009

Habas con almejas

Esta receta es del magnífico libro de cocina "La Cocina de Huelva", de Bernardo Romero. Nos ha encantado, y es ideal para plantar en la mesa como entrante con varios comensales.

Ingredientes para 3-4 personas: 1/2 kg. de habas, 1/2 kg. de almejas, 1-2 ajitos, 1 cebolla mediana, vino blanco, perejil picado, sal y algo de pan. Opcional, caldo de pescado.

Primero cocemos las habas con sal y laurel y las reservamos. Yo las tenía congeladas y las herví en caldo de pescado, lo cual le dió mejor sabor. Abrimos las habas con limón al vapor, y reservamos el caldo una vez colado.

En un perol, con aceite, freir los ajitos picados y la cebolla. A continuación añadimos el pan majado y luego las almejas abiertas y las habas ya cocidas. Dejamos reducir, y añadimos el vino y el caldo de las almejas y algo de las habas. Todo ello, dejamos cocer 1/4 de hora con el perejil picado.

Están exquisitas. En casa mojaron pan en la salsa.
(Aunque le añadí el toque del caldo de pescado, la receta original es de Joaquina Calvo de la Cruz, de Zalamea La Real, Huelva).


Cursos de verano (I)

Quiero volver sobre los apuntes que tomé en uno de los cursos de la Fundación IDEHS, concretamente el llamado “Menús sanos, económicos y divertidos en casa”. Sin duda en ellos aprendí muchas cosas interesantes, además de abrir aún más mi curiosidad por todo lo relacionado con el arte de cocinar y de dar de comer. El curso se estructura en cinco partes: necesidades nutricionales, alimentos y nutrientes, la pirámide alimentaria, ritmos alimentarios y el plan semanal de menús. Y a modo de conclusión, se vieron una serie de Normas para Recordar.

Sobre el primer capítulo, necesidades nutricionales, ”todos los alimentos en función de su contenido en nutrientes aportan calorías en mayor o menor grado”.

La alimentación, aunque sea básica, puede ser buena, si tiene en cuenta por ejemplo las necesidades nutricionales para cada edad. Parece ser que los problemas nutricionales son modernos, pues en la actualidad hay sobrealimentación, causa del aumento de la obesidad. Los trastornos alimenticios actuales más frecuentes son la ortorexia, u obsesión por comer saludable, con productos elitistas, ecológicos, en detrimento de la propia alimentación, y la anorexia, o falta anormal de apetito.


Comer va encaminado al aporte de energía. Todos los alimentos tienen más o menos calorías; todos pueden engordar de alguna manera. Y el aporte de nutrientes debe estar adecuado a nuestro estado fisiológico.

Empezamos por los hidratos de carbono, cuya función es energética, y deben representar el 50-55% calórico total diario. Se clasifican en hidratos de carbono complejos (Patatas, cereales, arroz, pasta, etc., de más lenta digestión) e hidratos de carbono simples (azúcar, miel, refrescos, zumos envasados, auténtico veneno en la actualidad). A través de estos últimos, estamos estresando al páncreas, produciendo un exceso de insulina.

No obstante, los procesos industriales están convirtiendo los hidratos complejos en simples. La industria siempre va buscando la comodidad. De ahí, que los cereales no deban predominar en el desayuno de los niños. En cuanto al pan, que es hidrato complejo, en el formato de pan de molde tiene más azúcar y más grasa, mejor si es integral para regular los azúcares.

Seguiremos….

martes, 21 de julio de 2009

Maritatas premiadas

Me encanta que una palabra tan usada por mis abuelos y padres –maritata- (ver definición en el libro “El habla de Cádiz” del profesor Payán), se haya puesto en valor a través del concurso llamado “Senda de las Maritatas”, ahora en la I edición, de la mano de la Diputación de Cádiz, gestionado por la Oficina del Bicentenario. A partir de ya, una receta nacida en el Cádiz de 1812 y servida como tapa o pequeña ración llevará por nombre MARITATA. No olvidar este nombre.

Para eso el gastrónomo e investigador Manuel Ruiz Torres ha dedicado varios años a estudiar el modo de cocinar y alimentarse de los gaditanos de una época en la que la ciudad era un referente en España y luego en Europa y Sudamérica gracias a la promulgación de su Constitución. Su trabajo puede disfrutarse en el libro “Cocina y Gastronomía en el Cádiz de las Cortes”, de cuya presentación dimos cuenta en este blog, teniendo una servidora un ejemplar convenientemente dedicado por su autor.

Pero es que los cocineros de estas maritatas o tapas doceañistas –que ya más de una hemos degustado- acaban de ser distinguidos por un jurado de ocho hombres y mujeres sin piedad, que visitaron estos establecimientos, se sacrificaron y probaron una a una las exquisitas maritatas hechas a base de ingredientes clásicos tal como en 1812, siguiendo el guión de D. Manuel en su libro. El resultado: esto es la leche. ¡Qué bien sabía el Doce en Cádiz!

También doce premios fueron repartidos entre ocho de los cuarenta restaurantes que participaron en esta I Edición de la Senda de las Maritatas. ¡menuda cara de satisfacción de los que se llevaron dos premios..,! Es que es para presumir!

Áquí va la noticia detallada y completa de mis amigos de TUBAL, sobre la entrega de premios, y no la crónica patatera que estoy contando. Nosotros hemos tenido oportunidad de probar alguna que otra maritata, y certificamos su calidad. Enhorabuena a Sopranis (seguir así) y a D`Córdobas (viva la juventud trabajadora y guay) y enhorabuena a los establecimientos de la bahía, que aunque aún no hemos podido visitarlos, prometemos hacerlo en cuanto podamos. Más de una señora cocinera salió con la cara iluminada de satisfacción al recoger su premio…., los premios son para el que trabaja. Y aquí se lo han currao cocineros de todas las edades.

El cuento de la buena comida

Érase una vez, unos alimentos buenos, cada uno de su padre y de su madre, pero que consumidos con moderación cuidaban de la salud del hombre. Todos eran naturales, no mentían, conservaban sus propios sabores y no alteraban su interior. Pero entonces a alguien con malas intenciones se le ocurrió jugar con las grasas, fabricar en cantidades industriales en detrimento de la calidad, sustituir sus componentes para experimentar procesos de producción, y vender platos preparados con la excusa de ahorrar tiempo al consumidor. Todo eso para obtener más beneficios en países con abundancia de alimentos. Y ya nada volvió a ser igual. Llegó la contaminación alimenticia o, lo que es lo mismo, el golferío gastronómico.

Como consecuencia de esto, quienes se preocupan por su salud alimentaria, tienen que “buscarse la vida”, siguiendo la pista a posibles teorías honradas, contrastando informaciones, y fijándose una línea de actuación a modo de principios en el modo de comer. No puede uno dejarse llevar por lo que se nos ofrece, hay que ser selectivamente pijo, a pesar de la influencia social hecha a base de marketing sobre los productos alimenticios.

Están consiguiendo – por ejemplo- que el consumidor –sobre todo los niños- se enganche a los sabores artificiales de los alimentos precocinados y desprecien el tiempo empleado en preparar la comida como Dios manda. Cultura del mínimo esfuerzo, que se llama, y que se está extendiendo peligrosamente por doquier. Como en todos los cuentos, siempre hay buenos y malos. A ver si este cuento alimentario acaba bien. ¿Quién saldrá ganando? La especulación y el negocio ganan a la responsabilidad social, pero también la dejadez y la falta de empeño minan el trabajo bien hecho y la entrega del que lo realiza. Malos tiempos para los que van por derecho.

lunes, 20 de julio de 2009

Veraneantes por un día

Muy temprano cruzaron los 500 metros que separan su mundo infernal de la autovía civilizada, para subir al autobús que les esperaba, donde el educador Jorge Morillo pasó lista: son cuarenta y uno en total, familias enteras de la Sevilla chabolista que hoy podrán sumergirse en el mar de Cádiz.
Autobús averiado, la mecánica tampoco está de su parte. Hay que esperar otro, pasar más calor y perder dos horas de veraneo. A lo lejos, sus chabolas, indignas, con perros sueltos, ratas escondidas y basura insolente. Tal vez al volver de la excursión no las encuentren en pie, porque ya las autoridades están amenazando….difícil arreglo.
Llega otro autocar y éste funciona. Vaya, vaya, hoy hay playa, algunos no conocen el mar. Ya sentados, controlados, van contentos. Jorge les pone una película, sortea regalitos, hay guasa en los premiados. Pero vamos camino de Cádiz, hoy olvidaremos el calor de Sevilla y la vida al límite de estos meses.

La Concejala de Familia les espera en la puerta del Ayuntamiento gaditano, donde hasta los policías locales sonríen. Agrupémonos todos en la recepción final, al Salón de Plenos de cabeza. Un gitano alegre sin camiseta, “¡ponte alguna hombre!”, pues nada, de esta guisa se coloca el muchacho en la primera fila de butacas del vetusto salón capitular. El hombre feliz del cuento no tenía camisa…

La alcaldesa de Cádiz, negocia con su agenda y el retraso en llegar del grupo sevillano, y acude a recibirlos. Gracias Teo, ha regalado una tarta de la pastelería “La Gloria” por los 25 años de vida de la ONG más pequeña del mundo, “Educar en la Calle”, que trabaja con estos colectivos marginales. Con la regidora, los chabolistas hablan de sus desgracias, de cómo tuvieron que dejar sus casas, sus camas y sus cacerolas al salir huyendo de una venganza anunciada por la ley calé. ¿Quién arregla esto?... El Betis jugará esta temporada con el Cádiz.
La playa espera. Cajas de cartón con bocadillos de queso, carne mechá y jamón cocido, patatas fritas y latas de refrescos. Reparto por familia, y no sobra nada, aunque faltan bañadores para los niños. Empiezan a clavarse sombrillas en la arena. Jorge, educador de calle con 25 años de experiencia, ha organizado nueve excursiones para que familias como éstas puedan disfrutar de un solo día de veraneo al año, gracias a la colaboración económica de la Caja de Ahorros Cajasol.


Carmen, (hoy es su santo), guapa dependienta de una freiduría identifica a Jorge, lo vio en el programa “Callejeros” y lo admira. Y eso es prueba de que en la vida no está todo el pescao vendío, sino que queda magia por comercializar. Jorge Morillo y Educar en la Calle es una marca universal, la de los marginados.

Le pregunto a Aurora, una de las madres gitanas, qué prepara para comer en aquel solar inmundo donde ahora viven su destierro diario: ella me responde con naturalidad: potajes, mucho cuchareo. Ollas que hierven a la intemperie, como pueden. Son buenas personas. De sus casas tapiadas también les robaron. Solo tienen lo puesto. Asco de mundo salvaje y sin escrúpulos, donde la fuerza sustituye a la razón.

A las cinco y media cierre de sombrillas y recogida del campamento playero. Los niños no han salido del agua gaditana, de orilla larga y espumosa. Terminó su veraneo. De vuelta a su “ciudad”, ha habido suerte y siguen allí sus casas. Jorge Morillo ha repartido con habilidad una tarta entre cuarenta y una personas. La tarta de la igualdad aún no se ha compartido con ellos.

domingo, 19 de julio de 2009

Funda de sombrilla gaditana

Se supone que estamos en un blog de cocina, pero esta entrada va de costura y arreglos. Con un pantalón vaquero desahuciado por viejo hemos hecho esta funda de sombrilla gaditana. Y es que el año pasado la vimos en la playa de Cádiz y nos gustó mucho la idea.

Es tan fácil como cortar el viejo pantalón por la mitad, es decir, separar ambas piernas y coser los bordes, aunque en esta ocasión le hemos añadido un trozo de tela para darle mayor longitud, además de confeccionar un asa para colgar.

El caso es que nos ha quedado tan bien que en esta funda caben dos sombrillas, junto con el tornillo que sirve para fijar el palo en la arena y que afianza la instalación. Al fin y al cabo, por aquí estamos acostumbrados a levantes y ponientes un día sí y otro no.
La tela vaquera es sufrida y resistente, condiciones necesarias para dar protección a estos parasoles no solo durante su transporte (más o menos corto a la playa) sino también en su almacenaje durante el resto de temporada. Espero que a alguien más le sirva esta idea, y no tire sus viejos pantalones vaqueros.

viernes, 17 de julio de 2009

Sopa de melón con taquitos de jamón y aceite de hierbabuena

Este blog está elevando decididamente su nivel. Prueba de ello es el plato que acabamos de hacer y con el que hemos triunfado con nosotros mismos, a pesar de lo fácil que resulta su elaboración. Está prácticamente copiado de la excelente webblog Directo al Paladar, hay que confesarlo. Y además, nos habían regalado un magnífico melón de un par de kilos en Punta Umbría, en el bar Casa Antonio, por aquello de nuestra fidelidad como clientes. Y sobre todo, este plato es un buen argumento para comer en casa. Ahí va:

Ingredientes: un melón, 100 cl de nata líquida, 50 g de jamón ibérico de calidad y muy picado. 50 cl de aceite de oliva y varias matas de hierbabuena.

Elaboración: troceamos el melón y eliminamos pepitas e hilos. Trituramos en batidora con una pizca de sal, añadimos la nata y reservamos, dejándolo enfriar en la nevera. Aparte, emulsionamos el aceite con dos ramitas de hierbabuena. Servimos luego la sopa de melón, muy fría, añadiéndole un chorrito de este aceite aromático, que quedará flotando, así como los mini taquitos de jamón.

Es un postre, pero bien puede ser un entrante. Gracias a Paco, encargado de Casa Antonio, buscamos esta receta. Nos encantó.

Tolerancia gastronómica

Nunca fui fumadora, a pesar de que en otros tiempos este vicio estuvo muy de moda. Pero es que mis padres nunca me lo prohibieron expresamente cuando vivía con ellos, es decir, demostraron indiferencia, dejándome libertad para decidir si debía fumar o no.

Buscando correspondencia para poder enrollarme en las cosas del comer, ya he encontrado un argumento. Y es el siguiente: no es bueno estigmatizar aquellos productos alimenticios más o menos contrarios a una dieta saludable, pero tampoco deben convertirse en objeto de alabanza gratuita. Por eso creo que esos alimentos deberíamos consumirlos como excepción y no por costumbre: platos precocinados, comida rápida, pastelería industrial….etc o el mismo alcohol.

Actualmente, con un poco de interés, es fácil obtener información de lo que comemos, y de lo que es bueno, regular o malo del todo. Pero a los de este último grupo, -sin ser totalmente inocentes- no se les debería atribuir todos los males de la salud humana. Al fin y al cabo, la mayoría somos libres y mayorcitos para saber cómo debemos alimentarnos. La salud es competencia nuestra, al menos en teoría.

Más de una vez me han servido algún alimento de mala calidad o con ingredientes nocivos. Sin embargo, la educación y el respeto por quien me lo ofreció me hizo consumirlo con agrado. El domingo sin ir más lejos, en un chiringuito playero una ración de frito variado bastante chamuscado (no el de la foto), me molestó a la vista. Sin embargo, estaba pasable de sabor y junto a la cerveza y la conversación tenían su punto en aquel momento.

Conocer cuales son los productos o elaboraciones poco saludables son prueba de una mentalidad gastronómica abierta. No podemos alimentarnos entre algodones, en la vida hay de todo y hay que saber llevarla.

Y confieso que nunca fumé porque jamás conseguí aprender a hacerlo, ésa es la verdad, por mucho que presuma de vida sana; pero si no fumáis, mejor.

miércoles, 15 de julio de 2009

Ensaladilla de judías verdes

A este plato, le he puesto ensaladilla conileña, pues lleva patatas ecológicas y habichuelas pías de Conil. Pero la receta es de mi pescadero Paco Pepe.

Ingredientes: patatas nuevas, rojas o de las llamadas de riñón, un puñado de habichuelas verdes , una zanahoria grande. Un diente de ajo morado, una pizca de comino, tres o cuatro cebolletas frescas o una cebolla grande. Sal, vinagre y un buen aceite de oliva.

Ponemos en un bol las patatas, las habichuelas y la zanahorias cocidas y troceadas como para aliñar (no muy pequeñas). Troceamos también la cebolla o las cebolletas. Regamos todo con un chorro de aceite y un poco de vinagre (el de manzana le va de lujo), y sal. Reservamos.

Aparte, en un vaso de batidora ponemos el diente de ajo, la pizca de cominos, la sal y un huevo, empezamos a batir, añadiendo el aceite poco a poco hasta que emulsione y luego añadimos el chorrito de vinagre.

A la ensalada de antes le añadimos dos o tres cucharadas de esta magnífica mayonesa casera y mezclamos bien. La mayonesa, en contacto con el aceite y vinagre de la ensalada queda como cortada, pero está riquísima, pues no confunde los sabores. Queda mejor ponerle la mayonesa a la hora de servir la ensalada.

Hoy la tenemos para comer. Aún no la he sometido al jurado familiar. Ya os contaré.

PD. Una vez probada esta ensaladilla en familia, puedo afirmar y afirmo que la mezcla de ambos aliños (vinagreta y salsa mayonesa) van divinamente. Se trata de un plato fresquito y ligero, lo recomiendo. La mayonesa la añadí en el momento de servir.

Los niños aprenden en el campamento

Naturaleza, aire puro, árboles, niños entretenidos, sin discutir, todo bajo control. Los móviles y la Play tienen su horario. Y los padres en casa seguramente más relajados. Aquí todas las fotos salen bien, porque ni los perros hacen ruido, ni hay moteros maleducados ni catetos en coches-discoteca. Los campamentos de verano son la mejor opción para enseñar a los niños a descubrir un mundo bueno fuera de casa, incluso en la mesa.

En la sierra de Huelva, junto a la pequeña localidad de Cumbres Mayores, casi tocando Badajoz, se ubica el campamento Las Cabañas de Cumbres, finca campestre que organiza desde hace años turnos de estancia para escolares en el mes de julio (a través de la Fundación Cajasol), y el resto del año se ofrece tanto a alumnos como a familias en turismo rural. Unas quince cabañas, utilizadas tiempo atrás por los pastores, han sido primorosamente rehabilitadas para alojamiento. Su disposición en semicírculo las hace fácilmente controlables por los monitores. Un abrazo a Camino, la coordinadora.

Alejandra, que ha sido cocinera después de madre, por su trabajo al frente de los menús en Las Cabañas, se sabe todos los trucos habidos y por haber para que los niños y niñas de cada turno coman de todo y no dejen nada en el plato, para desgracia de los pobres cerditos que esperan las sobras de los platos.

En la cocina de este campamento, junto a dos ayudantes, se preparan los platos más variados: para desayunar, leche con colacao y tostada de pan de pueblo de verdad con aceite. (El pan, del horno de leña de la pedanía de Los Hinojales). El almuerzo puede consistir en puchero con verduras y hamburguesas con patatas, macarrones con tomate y un filete de lomo con ensalada, o potaje de garbanzos, o albóndigas con ensalada, o bien las socorridas lentejas con arroz y una chuleta. La merienda no se olvida: bocata auténtico con salchichón o mortadela y la cena lleva pescado y puré de verdura. Vamos, que dan ganas de quedarse allí.


La entrevista con la Chef de campamento lo dice todo: aunque el turno actual no tiene problemas para comer (pobres cerditos), es cierto que en otros los niños han extrañado algunos platos más que a sus padres. De hecho, algunos nunca han comido lentejas, ni han visto de cerca un puré de verduras, ni han probado los gazpachos, ni conocen el sabor de los garbanzos. ¡Madre mía! Nuestros hijos son auténticos analfabetos gastronómicos, además de estar poniendo en peligro su salud. Las posibles intolerancias alimentarias también están bajo control en la cocina del campamento, pues todo se tiene previsto.

Enhorabuena a profesionales como Alejandra por el esfuerzo realizado para hacer comer y enseñarles a algunos niños la diversidad de alimentos de los que afortunadamente podemos disfrutar. Es cierto que hay niños que no desayunan antes de ir al colegio, padres que solo les ofrecen lo que les gusta o que incluyen platos precocinados en su dieta. En resumen, no están educando a sus hijos en la alimentación, y la obesidad empieza a ser auténtica epidemia en la edad infantil.

Hace ya muchos años que mi hijo estuvo precisamente en ese campamento, donde según me contaron, se comía lo suyo y lo del compañero de mesa. Allí también escuchó, en una visita al pueblo, Cumbres Mayores, a un anciano de 102 años contar viejas historias y arrancarse por fandangos. Es que Huelva es mucha Huelva.






lunes, 13 de julio de 2009

De chinos y pasapurés

Creo que estos dos simpáticos cacharritos son los más representativos de la actividad que tiene una cocina: son prueba de que allí por ejemplo se elabora tomate frito o buenos gazpachos, entre otras cosas, pues informan de las operaciones intermedias de cualquier receta. El pasapurés lo conozco desde siempre en nuestra cocina, y de hecho lo heredé de mi madre. El chino lo incorporé ya al independizarme, y lo cierto es que durante el verano no para de trabajar el pobre. Pero las fotos siguen un riguroso orden de antigüedad.

Cuando aún no se conocían batidora, minipimer ni por supuesto los supermodernos robots de hoy, unas manos sacrificadas y dispuestas dirigían el pasapurés para moler con dedicación y esmero las papillas y guisotes de los niños pequeños y de los ancianos, pues ambas generaciones convivían entonces en los hogares. (La mujer no solía trabajar en aquel tiempo fuera de casa, claro). Mi pasapurés de hoy, incorpora tres distintos tamaños de colador en la rejilla, para conseguir mayor o menor espesor.
En cuanto al chino, que viene acompañado de una maza de madera para presionar sobre el alimento, se presenta con diferentes numeraciones. El mío tiene el 18, adecuado para hogares intermedios de hoy, y he de confesar que solo lo utilizo para filtrar mis frecuentes gazpachos veraniegos, incluso después de ser molidos por mi Termomix, que no llega a trabajar en cosas tan insignificantes, y menos sin un enchufe. Considero este embudo más propio de los profesionales de la cocina, sin embargo, ahí lo tengo.

Pasapurés y chinos en la cocina, dos modos de filtrar pieles de ajos, cebollas, tomates y pimientos pochados, de conseguir mezclas homogéneas en purés de patatas, y de desdeñar pellejitos desagradables de los tomates gazpacheros. Ambos cumplen una importante función en la cocina, pues adaptan lo que ya hemos elaborado, a la medida de nuestro querido destinatario el comensal, por facilitarle la digestión y con ello la salud, ganando en presentación y eliminando restos de pieles indigestas y poco convenientes.

Y aquí va mi comentario romántico: pues estos humildes cacharros me sugieren la idea de la empatía, que no es ni más ni menos que ponerse siempre en el lugar del otro, y para ello trabajan ambos coladores; bonita misión, aunque sacrificada, que muchos deberíamos aprender a lo largo de nuestra vida. La comida -como otros muchos aspectos- se adapta a las necesidades de los demás una vez filtrada, convirtiéndose en cosa bien acabada, con el mejor servicio y la mayor eficacia. La cocina sin pasapurés o chinos llevaría el mínimo esfuerzo, lo justo para sobrevivir. Con estos filtros cocineros, se busca la excelencia, concepto exigente y avanzado en nuestros propios ideales, y sin ellos sin duda faltaría sensibilidad.

Son las tonterías que escribo y que yo misma me creo: la cocina enseña muchas cosas, o al menos hace pensar. ¿O no?

jueves, 9 de julio de 2009

Garbanzos con langostinos

Receta del boletín cosas de comé , que hemos probado en casa y que recomendamos.

Ingredientes: 1/2 kg. De garbanzos remojados la noche anterior. 1 kg. De langostinos crudos. 1 cebolla grande 1 pimiento verde. 1 tomate maduro. 1 trozo de calabaza. 1 patata mediana. 1 cabeza de ajos. Perejil, pimentón, aceite de oliva virgen extra. Sal. Medio kilo de culata de jamón bueno. 1 longaniza de chiclana.

La noche anterior ponemos los garbanzos en remojo en agua templada con sal. Por la mañana comenzamos a hacer el guiso. Lo primero será pelar los langostinos. Guardamos las colas y las cabezas y los caparazones de los langostinos los cocemos en dos litros de agua. El caldo resultante lo colamos y lo ponemos ya en la olla para hacer el potaje.
Primero incorporamos el aceite de oliva junto al ajo con las verduras (el pimiento entero despepitado, la cebolla pelada entera, el trozo de calabaza entero, sin piel ni pepitas, la patata entera pelada y el tomate pelado). Cuando ya el agua esté hirviendo incorporamos los garbanzos remojaos. Bajamos el fuego y lo dejamos a fuego lento. Cuando haya pasado una hora sacamos el tomate, el pimiento, la calabaza, la patata, la cabeza de ajos y la cebolla.

Trituramos toda la verdura en la batidora, excepto la cabeza de ajos y la incorporamos de nuevo al guiso. En ese momento salamos e incorporamos la longaniza de Chiclana y la culata de jamón finamente picados, además del pimentón. Cuando los garbanzos estén ya tiernos y queden 5 minutos para servir se incorporan al guiso los langostinos que deben hacerse poco para que queden jugosos. Se sirve caliente. (En la venta El Caballo Negro se acompaña de teleras de pan moreno de la panadería El Cohollero de Puerto Real).

Buenas noticias laborales: solidaridad e inclusión.

Sólo dos euros.- Todos sabemos los momentos difíciles que atraviesan numerosas familias con motivo de la crisis; las entidades sociales que atienden estos graves problemas –Banco de Alimentos, Cáritas, etc.- están desbordadas ante las fuertes demandas que reciben. Los voluntarios/as de la Caja de Ahorros Cajasol –personal activo o pasivo de la entidad- , que por su labor solidaria conocen de manera directa esta grave situación, propusieron una iniciativa interna dirigida a toda la plantilla de la Caja, consistente en la donación mensual y durante 12 meses de DOS EUROS (mínimo) de sus nóminas. “Con 2 euros al mes durante un año puede comer una familia un plato de legumbres, de pasta o de arroz a la semana; alimentos básicos para la dieta humana”. Ése es su mensaje, con un poco de todos conseguimos mucho.

Los fondos recaudados irán destinados a los Bancos de Alimentos de las provincias donde Cajasol está implantada. La cantidad media recaudada mensualmente a través de este sistema es de 6.000 euros, que recibirá Banco de Alimentos de Sevilla, continuando con las delegaciones de Cádiz, Huelva, Málaga, Córdoba, etc., y así durante doce meses. Sería estupendo que otras empresas y entidades se contagiaran de esta iniciativa, tan simple pero tan útil.

Trabajar bien con discapacidad.- Como ya anuncié en Comeencasa, el pasado 27 de junio tuvo lugar en AFANAS (Asociación de Ayuda a Minusválidos Psíquicos de Cádiz y su provincia), su tradicional Festival Benéfico, organizado con el fin de recaudar fondos para sus actividades.

Allí estuvimos, logrando acceder al patio-auditorio del centro con cierta dificultad, ante un cartel de casi completo. Nos tomamos la cervecita en una barra instalada al efecto, disfrutamos de las agrupaciones de carnaval, entre ellos la chirigota del “Yuyu”, “air con el carair …”, y, -lo mejor de todo- adquirí este mosaico procedente de los talleres de Afanas, al precio de 15 euros.

El Taller de Mosaicos de AFANAS está compuesto por un total de 15 usuarios/as de entre 22 y 40 años (aproximadamente).Cada uno de ellos trabaja en función de sus capacidades: hay algunos chavales que manejan la máquina de cortar piezas de azulejos, otros se encargan de cortar los azulejos en trocitos más pequeños con las tenazas, y ya el resto se dedica a pegar dichos pedazos para confeccionar el mosaico. Este es el proceso de fabricación que llevaría este mosaico:

1. Se coge un trozo de madera (
casi siempre aglomerado) y se calca en ella el dibujo que se vaya a hacer.

2. Dicho dibujo (en este caso el letrero de AFANAS) se va rellenando con trocitos de azulejos de distintos colores (según el modelo), pegándolos encima del dibujo con cola de carpintero.

3. Se van rellenando todas las letras y el fondo hasta que esté toda la madera pegada con trocitos.

4. Se deja secar un día y al día siguiente se rellenan los huecos existentes entre los trozos pegados con una pasta llamada borada, compuesta por polvos y agua, como si fuera una mezcla, que hay de diferentes colores.

5. Se van extendiendo por todos los huecos sin dejar que se seque, se van limpiando los restos. Cuando ya está toda extendida –por los laterales y por la parte de atrás también- se deja secar; y posteriormente, se coloca el cáncamo para colgar.

Aparte de las obras expuestas con motivo de la celebración del festival, se hacen todo tipo de mosaicos por encargo. Es una buena noticia encontrar estos artículos tan bien fabricados, hechos por chavales con diferentes grados de discapacidad, que a través de los talleres de Afanas aprenden un bello oficio desde el año 1964, consiguiendo su recuperación laboral. Muchas gracias por esta interesante información a mi amigo Felix del Río, monitor de estos talleres.

martes, 7 de julio de 2009

Gallos rellenos de Paco Pepe

(Receta de Paco Pepe, que confieso no haber elaborado todavía). Prometo hacerla.

Ingredientes: 5-6 lomos de gallo no muy gruesos, un limón, una lata de pimientos del piquillo o asados, varias hojas de lechuga y varias colas de gamba o langostino, una cebolla grande, 2-3 dientes de ajo, un vaso de caldo de pescado, 2 huevos, sal y perejil picado y harina.

Filetear y salpimenar los lomos de gallo, poner unas gotas de limón y extender los filetes con una tira de pimiento del piquillo a lo largo, una hoja de lechuga pequeña y una cola de gamba o langostino pelada y cruda; luego enrollamos el filete con cuidado de no romperlo y lo sujetamos con un par de palillos, y reservamos.

Mientras, en una sartén con aceite pochamos la cebolla pelada en aros finos y los dientes de ajo machadados, y cuando veamos que la cebolla está transparente, añadimos el resto de la lata de pimientos del piquillo, (si usamos asados, calcular la cantidad para que no sea excesivo el sabor a pimiento), con un poco de su jugo, remover todo y dejar hacer unos tres minutos.
A continuación, añadiremos el vasito de caldo de pescado (o agua ) y dejamos reducir nuevamente unos 5 mintos (se puede añadir una pequeña cucharada de maicena o harina para trabar el refrito, si fuese necesario). Apartamos del fuego el refrito y con el brazo de la batidora, terminamos haciendo una crema no muy espesa. Batiremos huevos, le añadiremos sal y meteremos los rollitos de gallo para que se impregnen bien, pasándolos luego por harina y friéndolos.
Y en una fuente resistente al horno, los bañamos con la salsa de pimientos para luego meterlos en el horno a 180º unos 5 minutos, apartamos y espolvoreamos con un poco de perejil picado, sirviendo bien caliente.
NOTA: si la salsa nos queda muy espesa podemos diluirla con un poco de caldo de pescado templado. Si no queremos utilizar el horno podemos hacer ese paso al fuego tapando la fuente y dejandolo hacer a fuego lento unos 10 minutos. Para que el rollito quede más crujiente, pasamos dos veces por huevo y harina.

lunes, 6 de julio de 2009

La Sonora Big Band inaugura el verano

El pasado sábado 5 de julio, el patio del gaditano Castillo de Santa Catalina volvió a llenarse con el concierto de apertura del verano, nuevamente a cargo de nuestra querida Sonora Big Band. En esta ocasión, interpretaron uno de los dos repertorios preparados para el verano, bajo el nombre Big Band Estandard, o sea, la Sonora en estado puro.

Teníamos las entradas reservadas. Pero la hora del concierto nos obliga a tapear a marchas forzadas, y entramos en el “Quilla”, quiosco recién instalado frente a La Caleta, polémico a causa de su discutible ubicación. El sábado estaba a tope, con invitados de una boda, incluyendo novios, velo largo y cola del vestido de la novia, ya que la playa caletera había sido para ellos estudio fotográfico, para variar. Estrés inevitable en el personal del bar, pues también estaban en él los asistentes del concierto de la Big Band.

Larga y relajada cola para entrar al castillo; el olor a mar auténtico y a vieja piedra ostionera del rey Felipe II no tiene precio, y el atardecer llega elegantemente, consiguiendo tranquilizarnos a todos. El glamour veraniego gaditano (distinto a todos) nos envuelve. El perfil de los seguidores de la Sonora es como mínimo de cuarenta, pero lo llevamos muy requetebién. Nos sentamos ya en las butacas de plástico y aluminio sobre la cuidada hierba del patio de Santa Catalina. La fachada de la iglesia (Real Capilla es su título) refuerza con su luz el protagonismo del escenario para los artistas. Pepe Guillamó, su director, presenta el concierto. Estos hombres ponen el vello de punta con solo comenzar con sus acordes. He decidido adoptar esta música, porque resume muchas décadas nuestras y ajenas, pero ya es eterna y sobre todo optimista. La Sonora es la leche.

Hora y media de concierto, consigue hacernos olvidar todo lo superfluo; tengo al lado a mi marido, y eso es inolvidable. Noche con poco viento de suroeste, una suerte en Cádiz, pero llevamos la rebequita veraniega. De la barra traemos unas Cruzcampo fresquitas en vasos de plástico, riquísimas, y unas patatas fritas artesanas, que saben a gloria. A pocos metros, los ciudadanos caleteros autóctonos están disfrutando de la noche en su club; los turistas y veraneantes apuran las papas aliñás y la ración del frito variado. Del mar no te sirven ración, tienes que sentirlo entero.

Y la Sonora nos hizo modernos, románticos y felices durante más de hora y media de una música natural y sin afectación, pero con un loco encanto. En esta ocasión echamos de menos a O’Ferral, el cantante presentador de los conciertos de la Sonora, y a Rosa María Candón, que pone el toque exquisito con su preciosa voz. El próximo 28 de agosto, un nuevo concierto de esta formación musical, junto a su homóloga de Granada, mostrará un motivo más de orgullo para Cádiz: tener una orquesta como la Sonora Big Band.

domingo, 5 de julio de 2009

Música en la cocina

Esta radio tan vulgar, con los ositos encima, la compré en unas rebajas hace cinco o seis años. Y desde entonces me acompaña en la cocina. Los informativos tempraneros son indispensables por la mañana mientras hago el desayuno. Pero por las tardes, que es cuando ejerzo mi jornada cocinera, este aparatito me trae mi música favorita.

Quitando los villancicos navideños, las sevillanas de feria y los coros del carnaval gaditano, mi fondo musical favorito es el de la maravillosa interpretación de la Sonora Big Band, una orquesta gaditana formada por 17 músicos, con un repertorio en constante renovación, dedicado al jazz, a la música contemporánea y sobre todo al swing. Junto con la Big Band de Granada, constituyen las dos únicas formaciones musicales de este tipo en Andalucía. La Sonora Big Band de Cádiz es un grupo abierto, en el que entran y salen profesionales constantemente, que luego tocan por todo el mundo, y que siguen perteneciendo a la Asociación.

La Sonora, nacida hace unos doce años, es una entidad sin ánimo de lucro donde sus componentes aman la música por encima de todo, y eso nos lo transmiten en todos sus conciertos y en sus escasas grabaciones. Ellos se ganan la vida como profesores del Conservatorio, con otras bandas o incluso acompañando a artistas en sus giras. De ahí la dificultad de montar un concierto, ya que hay que buscar tiempo para los ensayos tras montar los arreglos.

Tengo recuerdos de los conciertos vividos con la Sonora desde que la descubrí. Concretamente, su actuación con motivo de su décimo cumpleaños como orquesta, en el Teatro Falla, en diciembre de 2007, en donde intervinieron cantaores flamencos (Galvez y Palomar), cantautores (Javier Ruibal y Alejo Martínez) y al piano nuestro gran Chano Domínguez. Pero tampoco he olvidado sus versiones de temas de grandes películas clásicas, ni sus interpretaciones de swing de los años 40-50, un gustazo para los sentidos. Y en el recuerdo, los cantantes que han acompañado a la Sonora, Jose María O`Ferral (un pequeño Frank Sinatra), y la dulce voz de Rosa María Candón. La Sonora puede tocar de todo.

He hablado de una de mis principales aficiones, la música. Y creo que en la cocina es imprescindible, porque a veces la rutina de los sofritos se hace insufrible, y un buen fondo musical te consigue transportar, elevando la categoría de lo que estás haciendo, entonces una empieza a cantar y la cocina se hace grande, inmensa, más luminosa, casi espiritual. Ya hablaré otro día de mis músicos favoritos, que son muchos….el caso es que si no fuera por el apoyo musical, una servidora no aguantaría ni medio guisoteo.

Sonora Big Band

http://www.youtube.com/watch?v=x740POzRkX0&hl=es